CONSTRUIR UN TENISTA

CONSTRUIR UN TENISTA

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El título del artículo no está escogido al azar. Un deportista, sea del ámbito que sea, en este caso hablamos de tenistas, pasa por una serie de fases donde cada una de ellas tiene que ser respetada. Cada una de estas fases sirve para poder armar al jugador desde los cimientos, para que, siguiendo la metáfora del cuento “los tres cerditos”, y el lobo sople la casa, ésta no se caiga. Si está construida mal, con prisas, saltándose pasos para acelerar el final, con materiales baratos; lo que obtenemos es una casa débil, con muchas probabilidades de que se derrumbe a la menor dificultad.

Cuando construimos la casa, es prioritario conocer el objetivo de hacerla. Igual que al formar deportistas.

En este caso es prioritario saber que no se busca formar un “superdeportista”, porque esto (muchas veces) implica robar de la infancia del niñ@ lo más preciado de ésta, el disfrute y la retroalimentación que da el deporte y la actividad física en esta fase.

No es incompatible ir formando deportivamente y permitir que l@s jugador@s disfruten del proceso en todos sus vértices. Debemos quizá empezar por definir en qué debemos formar. Bien; desde el punto de vista deportivo, el tenis reclama de una serie de demandas, por lo que necesitamos una serie de recursos. Éstos vamos a dividirlos en 4 dimensiones (más una), y serían: técnica, táctica, física y psicológica + entrenamiento invisible.

Las quedadas entre los jugadores alevines y benjamines de la escuela son una ocasión perfecta para construir “esta casa”.

Si hacemos un pequeño repaso a las necesidades del tenis, podemos extraer lo siguiente: al ser un deporte individual, de oposición, de alta intensidad, con alta dificultad motriz y también estar catalogado como deporte de parada y acción; los recursos que vamos a necesitar para practicarlos son muchos y variados, y éstos salen de las necesidades que demandan estas características anteriores. Por lo que podemos decir que el tenis necesita de una capacidad motriz y una coordinación buenos para su correcto desarrollo, vamos a necesitar también una buena forma física para completar tanto entrenamientos como partidos. Al ser un deporte de oposición necesitaremos establecer estrategias y tácticas para ejecutarlas y conseguir el objetivo. Y por último, necesitaremos de unas habilidades psicológicas para gestionar el desenlace tanto del partido como de los entrenamientos y carrera deportiva.

Siguiendo otra metáfora distinta a la de casa, podemos afirmar que; no debemos echar todos los ingredientes a la vez para preparar un bizcocho, éste requiere de unos pasos, de unos tiempos, y de unas mezclas para que por lo menos sea comestible. Estas quedadas nos sirven de “excusa” para ir cocinando poco a poco ese bizcocho. Es la cocina donde vamos dotando a los pequeños de los PRIMEROS RECURSOS que necesitarán a lo largo de toda su vida deportiva. Construir el sentido táctico de cara a un partido, aprender a parar el partido para pensar y bajar los niveles de arousal, alentar a que sean partícipes y autónomos en la preparación de su partido con el tiempo debido, proveer el raquetero con lo necesario, conocer la reglamentación de un partido, organizar sus entrenamientos, conseguir autonomía en el calentamiento y activación, disciplina táctica y un largo discurso de necesidades y recursos del que serán conocedores con el paso del tiempo y la insistencia y cariño del grupo de profesores y entrenadores que formamos la escuela.