Ricardo Olalla Santamaría

“ Un afortunado”

Hola, soy Richie Olalla y soy profesor de Alantenis, en el club de tenis Chamartín.

Empecé a trabajar con Alberto en el año 2004, en concreto en una escuela de tenis de la que guardo grandes recuerdos. Trabajábamos en el Centro Deportivo Santo Domingo, justo enfrente del RACE. Era una escuela de fin de semana.

Allí coincidí con Ricardo Sánchez,  José Luis Maté y con otros grandes y buenos profesionales.

Cuando me propusieron trabajar en el Club de tenis Chamartín, fue algo especial.

Me sentía orgulloso y válido. Tenía la confianza de mis jefes y, aunque supuso un gran reto, creo que fue un gran momento.

Yo venía de Palencia, una ciudad pequeña en donde había destacado como jugador en niveles juveniles, y estaba en esa edad en donde es difícil tomar decisiones.

Aunque a mis padres, después de costear unos estudios universitarios, les hubiera gustado un trabajo tradicional y por supuesto, a su lado en Palencia, hoy reconocen que soy un afortunado.

Vivo en Madrid que es una gran ciudad. Trabajo con niños, al aire libre, con grandes compañeros en uno de los mejores clubes de España y soy feliz haciendo lo que hago.

Esa carrera de empresariales ha sido importante y útil sin duda, pero mi carrera de técnico de la enseñanza del tenis y el hecho de poder compartir tantas y tantas vivencias con niños, no tienen comparación.

Hay niños que después de tanto tiempo se han hecho hombres y me siguen recordando, con mucho cariño, que yo les llamada: “dandi” , “crack”, “metralleta” … porque así captaba su atención y era un detalle de cercanía. Hoy sigo utilizando este recurso porque funciona.

Quiero reconocer a 3 grandes niños que fueron alumnos míos, desde mini tenis hasta casi iniciación Avanzada. Ellos me llamaban el “mítico” y yo les llamada “Hermanos Dalton”.  Os podéis imaginar por que … No eran jugadores especialmente dotados para la técnica o la competición, pero se lo pasaban genial, se divertían y aprendieron mucho. Hoy coincido con ellos. Incluso alguno trabaja como auxiliar en los cursos de verano y lo hacen fenomenal.

Cuando lean estas letras, ellos sabrán a quien me refiero. Lo se y me encanta. Han pasado 15 años y ellos recuerdan, igual que yo, aquellos maravillosos momentos en la pista 23.

Richi impartiendo clases